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Cuentos fantásticos

Siempre deseo darle giros a mi blog y esa oportunidad al fin llego. Hoy comparto una aventura por medio de palabras, hoy comparto un cuento y regalar un viaje gratis a un mundo mágico; el cual surgió con el estudio de la clase media, especialmente conociendo a Marie Laprince de Beaumont. Este cuento le concede un giro momentáneo a mi blog y entrega un respiro a las corrientes literarias, espero les guste. Para saber más sobre MARIE LAPRINCE BEAUMONT visita nuestra presentación: https://www.genial.ly/58427a2ced8974572019afc0/laprince-de-beaumont

El Secreto del Bosque

Capítulo 1

Sentada tras el gran cedro, rodeada de sombras nocturnas escucho mi agitada respiración, es que en realidad ¿Soy yo?, y si sí ¿Por qué me persigo? No, no es posible. Esto tiene que ser solo un sueño, esto no sucede en la realidad, nadie puede ser uno en el día y dos en la noche...

El día para Chris apenas comenzaba, recordaba con tristeza a su abuelo, quien solía invitarlo a su cabaña interna en el bosque. Nadie visitaba al viejo, es decir, solo él. Pero si bien su abuelo tenía muchos años ya cumplidos, su salud estaba perfecta ¿Cómo entonces pudo morir? Estoy seguro que hay algo detrás de ello decía para sí mismo.

Capítulo 2

Jeane despertó, estas cobijas son realmente pesadas, pensó. Observó el pequeño reloj de engranaje puesto en la pared, y decidió que debía levantarse. Tocó con su pie el suelo frío, al pararse completamente sobre él, crujió la madera con un chirrido que le espantó. Luego que hubo calma en su interior, continúo y corrió las grandes cortinas de terciopelo rojo para ver el alba. Al otro lado de la ventana se divisaban unas pocas casas con todas las ventanas cubiertas, árboles y un ancho camino de tierra y piedras que se habría paso entre el descuidado llano verde. La niebla inundaba el cielo, aún no se miraba la gran montaña.

Abrió la puerta de su habitación, recorrió con las pantuflas el pasillo que le llevaba hacia las gradas que conducían al primer nivel. Estando abajo, tomó unas cuantas nueces y volvió a su habitación. Era tiempo de vestirse, así que llegó su nana para acomodarle el corsé.

-Siempre he odiado vestir así, vivir conforme te dicta la sociedad, sin libertad. Teniendo que ser lo que no se desea. Para eso es mejor la muerte. Dijo Jeane a su nana.

-Es cuestión de costumbre, Jeane, sabes que desear la muerte es un pecado y puede que no sea perdonado ni con cientos de indulgencias. Es mejor callar querida. Yo solo quiero tu bien.

-Si, si como quieras.

Bajo nuevamente y salió de la casa. Decidida a no encontrarse con su hermana. ¿Por qué siempre tenían que pelear? Pareciera una maldición, en un momento está todo bien y luego se convierte en un monstruo, no literalmente, sino su carácter, en lapsos se comportaba realmente insoportable. Y ni pensar cuando el día culminaba. ¡Ha! Eso era casi el infierno.

Capítulo 3

Viviendo en la cabaña de su abuelo, Chris tiene ya una rutina: se levanta y coloca la madera a arder en la chimenea para calentar un poco las paredes húmedas por el rocío del bosque al amanecer. Luego preparaba su comida y salía a cazar aves para usarlas de alimento en el almuerzo. Desde que se mudó, pocas veces visitaba a su madre. Su padre había fallecido 3 años atrás, cuando el cólera tomó fuerza en el pequeño condado.

Los días transcurrían con normalidad, hasta que una noche la luna no se mostró. Era raro, pues el cielo estaba diáfano. Salió al pequeño patio rodeado por la cerca de madera, pero el rugido de algo desconocido le hizo entrar en la cabaña y cerrar la puerta con todos los pasadores. Incluso colocó muebles para hacer más difícil el acceso al interior de su refugio.

El terror no se iba, y creyó que era mejor acostarse y aparentar no existir. Cayó profundamente dormido. Despertó y ya era de mañana. Con un cuidado mayor al habitual salió de la casa. Afuera todo estaba igual, solo un ave de mal agüero volaba el cielo, sacó su escopeta dispuesto a dispararle, pero recordó que podía atraer la mala suerte si lo hacía. O eso fue lo que aprendió de sus padres.

Ese día le tocaba ir a hacer compras al mercado del condado. Así que tomó a fiel corcel y cabalgó en el espeso bosque hasta encontrar el camino. Buscó la casa de su madre y acomodó el caballo en el establo familiar. Fue al mercado, para otro caballero de la época eso era algo ridículo, pero a él no le importaba ir.

Cuando el iba de regreso a la cabaña, ya en el crepúsculo , entrando al bosque, sintió que estaba muy silencioso y cuando se fue adentrando en el bosque supo que algo extraño estaba pasando. Se apresuró en llegar a la cabaña y encontró la puerta abierta, cuando entró en la cabaña la encontró hecha un desastre, vidrios rotos, sillones rasgados, restos de tierra por todos lados, jarrones y floreros en el suelo y huellas de pisadas de animal. A Chris le pareció demasiado extraño y decidió seguir las pisadas, pero volvió a la cabaña sin haber tenido éxito en su investigación.

Capítulo 4

Desde esa noche todo cambió, todas las noche siguientes alguien o algo irrumpía en su casa y robaba comida. Le pareció demasiado extraño e hizo que sus días en el bosque fueran cada vez más cansados.

Ya habían pasado dos semanas y esa “cosa” seguía irrumpiendo en la cabaña y por más que él intentaba encontrarla no lo lograba. Al enfrentarse a esta situación empezó a pensar en la causa de la muerte de su abuelo y dedujo que esa “cosa” lo había asesinado ya que ese animal solo aparecía en las noches , así que decidió cazarlo. Se preparó para el día de la caza, entrenando con su arco y reuniendo el equipo necesario. Chris desde entonces salía en la madrugada al entrenamiento y a reunir provisiones.

Un día de regreso del entrenamiento, escuchó llanto y decidió ir a investigar ya que él no estaba enterado que alguien más habitaba cerca de esa área del bosque. Cuando se iba acercando a un enorme Laurelin (que por cierto jamás había visto) encontró al otro lado a una mujer muy hermosa, de tez morena clara, alta, cabello crespo que le llegaba hasta las rodillas pero con sus ojos verdes, llenos de lágrimas. Chris se conmovió mucho al verla así porque esas lágrimas reflejaban una inmensa tristeza y consternación, él le preguntó una y otra vez qué era lo que le sucedía y cómo podía ayudarlo, pera la mujer no hacía más que llorar. Entonces decidió quedarse con ella hasta que su llanto se contuviera, pero eso no sucedía. Chris recordó que tenía que seguir con su misión y regresar a la cabaña antes de que anocheciera y para encontrar a la “Cosa”.

De regresó a la cabaña pensó una y otra y otra vez en la mujer, pensaba en su destino luego que la dejó sola (corría peligro), el por qué estaba así y sí sólo había huido al bosque o en realidad vivía allí. De tantos pensamientos pasó por alto a la “cosa” pero cuando pensó en ello se dió cuenta que esa noche no había aparecido.

Capítulo 5

¿Como era eso posible?- se preguntó Chris. Treinta noches seguidas la “cosa” había irrumpido en la cabaña sin falta. Él se preguntaba una y otra vez qué era lo que estaba pasando.

Todo en ese día había sido muy raro primero la mujer y ahora la “cosa”, él no sabía qué hacer exactamente ¿Debía involucrarse o lo dejaba pasar? Pero algo le decía que tenía que descubrir el misterio del bosque, misterio que quizá explicaría la muerte de su abuelo ó había muerto para ocultarlo.

Desde ese dia su misión había cambiado, ya no quería cazar a la “cosa” sino descubrir el secreto del bosque, quería descubrir el secreto que el viejo había ocultado hasta la tumba.

Capítulo 6

Al día siguiente se levantó dispuesto a cumplir con su misión y tenía que empezar buscando a la mujer del dia anterior. Buscó en todos los rincones del bosque desde el inicio hasta el fin, de un extremo a otro, del interior al exterior, pero entonces recordó el Laurelin donde había encontrado a la mujer en llanto, el otro día .

Emprendió el camino a toda velocidad hacia el inmenso árbol pero no encontró a la mujer, muy decepcionado inició a caminar de regreso a la cabaña. Pero de repente, el silencio del bosque fue interrumpido, por un ruido muy extraño desde el interior del Laurelin. Al voltear e inspeccionar el árbol minuciosamente, se dió cuenta que había un pequeño agujero, de un tamaño proporcionado, donde quizá cabía una persona, así que decidió adentrarse al inmenso árbol.

Al entrar se dió cuenta que era más grande de lo que se imaginaba ya que allí se encontraba dormida la mujer del otro día. Chris sólo se quedó observándola por varios minutos, hasta que ella se despertó y luego de verlo dio un brinco del susto. Chris muy apenado salió rápido del inmenso árbol y ella salió detrás de él.

Afuera del árbol Chris se disculpó diciéndole - ¡Perdón por haber irrumpido en tu árbol!, Oh! digo tu casa-.

Ella lo comprendía y musitó algo que Chris no pudo entender. Chris sabía que ella guardaba un secreto, pero también sabía que ella no se lo diría, así que ideó el plan de ganarse primero la confianza de la mujer. Él estaba seguro que la mujer lo ayudaría a cumplir con su misión, si es que acaso ella no era la misión.

Capítulo 7

Chris no sabía qué era exactamente lo que necesitaba hacer para que la mujer revelara todo lo que ella sabía, pero iniciaría presentándose.

Soy Chris- dijo.

Ella muy confundida no respondió, pero lo observó detenidamente. Cuando Chris hizo una mueca muy extraña ella sonrió muy silenciosamente. Chris sabía que estaba avanzando, pero luego dió un paso atrás ya que la mujer luego de sonreír, entró de nuevo al árbol. Chris consideró inapropiado y respetuoso volver a irrumpir en su casa, así que decidió regresar a la cabaña.

Al día siguiente, Chris se preparó para visitarla con mucha comida ya que él dedujo que vivía en un árbol y seguramente estaba muy hambrienta. Entonces Chris partió de la cabaña con muchísima comida.

Al llegar al árbol de la mujer, llamó una y otra vez pero la mujer no respondió así que decidió entrar. Cuando él entró, la mujer brinco del susto.

-Eres muy asustadiza ¿no es así? - dijo Chris.

-Acaso no te enseñaron a tocar la puerta. - dijo la mujer.

-Pero llamé una y otra vez desde… ¡Así que hablas!- dijo Chris muy sorprendido.

La mujer solamente sonrió sarcásticamente. Chris sabía que no le había dado una primera buena impresión pero él no se rendiría.

-Perdón- dijo Chris -Traje un poco de comida...-

La mujer no lo dudó, se abalanzó como un animal sobre la comida, abrió la canasta e inicio dando un bocado a cada platillo. -Si que estaba hambrienta- pensó Chris. Él solo la observó sorprendido y permaneció allí hasta que ella terminó. Cuando ella acabó con la comida sólo se disculpó y le agradeció a Chris por la comida.

Chris tomó su canasta y dijo - por nada-. Luego partió hacia la cabaña.

Al día siguiente Chris volvió a preparar la canasta con comida y se dirigió al inmenso Laurelin. Pasó lo mismo que el día anterior: la mujer comió y agradeció. Chris hacía esto todos los días.

Pero un dia cuando Chris tomó su canasta ella le dijo algo más:

-Soy Jeanne, gracias por esto- dijo ella - He pasado mucho tiempo comiendo únicamente plantas, hasta que te apareciste-

- No es nada- dijo Chris

-¿Desde cuándo vives aquí?-

-Hace unos meses- dijo Chris - Me mudé aquí cuando mi abuelo murió-

Ella se sobresaltó cuando él dijo eso. Pero luego cambió de conversación. Ellos hablaron mucho más de lo que jamás habían hablado.

Pasó el tiempo. Chris seguía visitando con su canasta llena de comida y seguían entablando conversaciones, incluso ella lo visitaba a él ahora. Chris estaba avanzando en su misión, pero había un problema, había olvidado su misión. Ahora ella era su amiga.

Capítulo 8

Cada vez las conversaciones entre ellos iban siendo más y más largas. Él no comprendía como ella se iba ganando cada vez más su corazón. Un día estaban caminando por el bosque. Ella lo notó muy nervioso y no comprendía el por qué. Ella se empezó a preguntar- ¿Será que él sabrá mi secreto?- Siguieron caminando pero cada vez más la conversación se fue concluyendo.

-¿Porqué estás tan callado?- preguntó Jeanne

Él permaneció. Parecía como si estuviera molesto, claro eso era lo que ella creía. Por supuesto esto no era cierto. Después de un tiempo de caminar él le contestó- ¿Alguna vez quisiste decirle algo muy importante a alguien pero sentiste que esa persona te rechazaría después? - Ella muy sorprendida con su pregunta le contestó con voz quebradiza - Claro, todos los días me siento así. - Él sonrió al escuchar esa respuesta pues creía que estaban hablando del mismo tema. Pero no era así.

Cuando llegaron al inmenso Laurelin, ambos sabían que tenían que despedirse pero era imposible. Ambos se vieron a los ojos y se sintieron tan felices y seguros como si todo a su alrededor se desvaneciera. Él muy nervioso le agarró la mano y le dijo:

- Jeanne te quiero y no como un amigo, te quiero demasiado y ya no puedo quedarme callado. Ya no puedo callar a mis sentimientos. - ¿Tú sientes algo por mí? -

Jeanne se quedó muy sorprendida por lo que le había dicho Chris. Ella comenzó a llorar y con la mirada en bajo le dijo:

- Chris yo tambien te quiero, pero no puedo quererte del modo en que tú me quieres a mí. - Él se quedó atónito con esa respuesta. Era lo único que no quería escuchar.

- Si no me quieres de esa manera, ¿ Porque estas llorando? - le susurró - Si me dices a los ojos que no me quieres, te prometo no volver a mencionar el tema.

Ella, siguiendo con la mirada en bajo, le contestó:

- Tú sabes que yo sí te quiero, pero no podemos ser más que amigos.

- ¿Por Qué? ¿Qué es lo que lo impide? - le preguntó Chris.

Ella siguió callado, hasta que le musitó en el oído - Tú no me conoces. -

- Entonces cuéntame más sobre ti- le contestó.

Ella llorando le contestó - Mi secreto te lastimará.-

Él no sabía qué pensar, pero tenía algo muy en claro… no importaba cual fuera el secreto él siempre la iba a amar.

Capítulo 9

Entraron al inmenso Laurelin pues cada vez Chris tenía más preguntas. Ella sabía que tenía que contarle pero se sentía insegura.

- Tranquila, te prometo que nada cambiará entre nosotros.- dijo Chris.

Ella respiró profundo y dijo: - Esto no se lo he contado a nadie, así que no sè por donde empezar. ¿Has notado que en el bosque siempre hay animales que dominan y hay otros que son sumisos?

- Si claro es así como funciona la vida. Alguien tiene que mandar y otro obedecer.- dijo Chris.

- Aunque eso no es solo con animales. Todas las personas tenemos otra personalidad. Una, obviamente, más fuerte que la otra. Cada persona sabe dónde y cuándo utilizar cada una de ellas, sino todo sería un caos, ¿no? - dijo Jeanne. Chris solo le afirmó con la cabeza y le preguntó - ¿Por Qué me dices esto? No comprendo.

Ella bajó la mirada y siguió: - Cuando yo era una niña venía todos los días al bosque. Siempre me encantó el inmenso Laurelin. Siempre regresaba a mi hogar antes de que el sol se ocultara. Era una niña muy obediente, aunque algunas veces no podía controlarme ya que a veces me sentía llena de furia. Mis padres siempre me recordaban que no me tenía que quedar en el bosque al anochecer. Nunca entendí el por qué.. Hasta que un día decidí quedarme más tiempo en el bosque pues era una noche tan linda. Me sentía en paz. Hasta que en un momento sentí que algo se movía dentro de mí. Me empecé a marear y sentí que la tierra temblaba. Caí al suelo pero cuando desperté algo había cambiado. Había un gigantesco lobo delante de mí. No sabía qué hacer. Aunque estuviera corriendo peligro sentía que me estaba viendo en un espejo, que era yo quien estaba en ese lobo. Para mi sorpresa, así era. No sabía porque me sentía tan enojada pero al mismo tiempo tan feliz y gentil. Cuando me dí cuenta yo era otro gigantesco lobo. En realidad yo era ambos lobos.

- ¿Qué? No comprendo, ¿Cómo es posible que tú seas dos animales?- le preguntó Chris muy asustado. - Yo tampoco comprendía el por qué. Todas las noches me pasaba exactamente lo mismo. Solo que por una parte me sentía completamente enojada y por otra parte me sentía tan contenta. Comprendí lo que me ocurría al cabo de unos días. Como ya te había mencionado antes todas las personas tenemos dos personalidades. Yo lo estaba visualizando en mí. Una parte de mí, es decir un lobo, representa la gentileza y la bondad. La otra parte de mí, el otro lobo, representaba la maldad y el odio. Es decir, ambos lobos soy yo.-

Chris estaba estupefacto. No sabía qué pensar. No sabía que iba a ocurrir. Tenía tantas preguntas.

- ¿Eso te sucede todas las noches?- preguntó Chris. -Si, pero no sé cómo controlarlo. La parte de mi personalidad que representa la maldad ha provocado tanto daño y tristeza.- dijo Jeanne. - No importa si te vas, Chris. Lo entiendo. - añadió Jeanne. - No me iré. Nunca te abandonaré. No importa si te conviertes en un lobo, en un conejo o en una abeja, lo que me importa eres tú. - dijo Chris.

Se quedaron conversando por un largo rato. Justo antes de que el sol se ocultara, se despidieron . - ¿Segura que quieres que me vaya?- preguntó Chris. - Si, no quisiera hacerte daño.- dijo ella. - Yo sé que no me harías daño.- contestó Chris. Sonriéndole se despidió y le prometió que se verían mañana.

Capítulo 10

La cosas se iban acomodando y sus sentimientos también. Se miraban todos los días sin falta. Crecía su amor cada vez más. Un día cuando ella estaba sola. Se puso a reflexionar. - Esto no es correcto, debo decirle toda la verdad.- ella se dijo a sí misma. - Lo perderé para siempre.- diciendo esto se puso a llorar. Se estaba secando las lágrimas cuando Chris entró al árbol.

- ¿Qué pasó? ¿Por Qué estás llorando?- preguntó Chris. - Perdóname Chris. Ya no puedo soportar el ocultarte esto.- susurró Jeanne. - No me asustes, ¿Qué ocurre?- dijo él. Jeanne respiro profundo y le dijo: - Antes de que tú estuvieras en la cabaña, estaba un anciano. Él era tan gentil y dulce. Él no me tenía miedo. Él incluso me dejaba entrar por las noches para que pudiera comer. Dejaba entrar la parte gentil de mí, Beliat, pero también la parte malévola, Kratos, ya que el anciano sabía que yo no podía volver a mi forma humana sin Beliat y Kratos, así que me ayudaba a mantenerlos con vida. Pero una trágica noche, algo horrible pasó. Normalmente cuando me convertía en Kratos, él se iba a cazar en las profundidades del bosque. Esa noche cuando me convertí, todo parecía normal. Beliat se dirigió a la cabaña. Llegué y como siempre el anciano me alimentó. Pero de pronto, un ruido estruendoso se escuchó en la parte trasera de la cabaña. El anciano dijo que solo era el viento. Pero no lo era. Kratos estaba descontrolado, siguió a Beliat hasta la cabaña y empezó a atacar al anciano. Traté de detenerlo pero era demasiado fuerte. El anciano tuvo la oportunidad de matarlo y así salvar su vida pero sabía que si mataba esa parte de mí, nunca más me podría convertir. Me quedaría como un lobo para siempre. Él murió frente a Beliat, frente a mí. Tu abuelo se sacrificó por mí. Lo siento mucho Chris. Nunca quise matarlo. No pude detener los impulsos de mi otra personalidad. Solo espero que me perdones.- concluyó Jeanne.

Chris quedó sin palabras. No sabía qué pensar. No sabía qué sentir.

- ¿Chris?- preguntó Jeanne. - Nunca supe porque mi abuelo había muerto. Gracias a ti ahora lo sé. Te perdono. No temas decirme algo, yo lo comprenderé. No es como quería escuchar la muerte de mi abuelo pero intentaste salvarlo… eso significa mucho para mí.- dijo Chris.

Jeanne se alivió al escuchar la respuesta de Chris. - Gracias Chris, no sé qué haría sin ti. - Se abrazaron y se despidieron pues ya se estaba ocultando el sol.

Capítulo 11

Todo parecía estar en calma. Era un día muy tranquilo. Habían pasado todo el día juntos. Caminaron, comieron y conversaron todo el día por el bosque. Ya estaba a punto de anochecer. Se estaban despidiendo, cuando el sol se ocultó. - ¡Chris vete de aquí! ¡Ahora! - exclamó Jeanne mientras empezaba su transformación. Chris muy asustado corrió hasta la cabaña y se encerró ahí. Tenía la esperanza que Kratos no siguiera su rastro. Escuchó un ruido, pensó que era la parte Beliat. No estaba seguro, por lo que siguió en calma. Trató de hacer el menor ruido posible. Parecía que alguien estaba rodeando la cabaña. En un momento, ya no se escuchaba nada. Pensó que todo había terminado.

Hasta que Kratos rompió una pared de la cabaña y lo empezó a perseguir. Chris salió de la cabaña lo más rápido posible pero Kratos era demasiado rápido. Estaba a punto de asesinarlo cuando Beliat apareció. Chris no sabía qué era lo que Jeanne planeaba, que era lo que Beliat estaba haciendo.

Kratos se balanceaba sobre Chris e intentaba morderlo. Chris pudo escapar de sus ataques, pero él estaba más preocupado por Beliat.

Chris estaba desconcentrado durante la pelea contra Kratos ya que observaba cada movimiento de Beliat. Kratos era muy astuto y aprovechó su desenfoque para dar el asalto final y derrotarlo, fue así como hizo caer a Chris sobre el suelo áspero de la cabaña, quedando así frente a frente.

En cuestión de segundos Beliat atacó y finalmente incrustó sus dientes en el cuello de Kratos. Dejándolo sin respiración.

Capítulo 12

Chris dejó salir un grito al ver que Kratos ya no tenía vida.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Dime por qué?- dijo Chris llorando. -Tú sabes que te amo, tú sabes que amo a las dos tú. ¿Por qué me hiciste esto?

Beliat solamente inclinó su cabeza y salió de la cabaña rápidamente. Ella sabía que todo había cambiado. Había tomado una decisión que no tenía retorno.

Luego que Chris había estado llorando frente al cadáver de Kratos por horas. Decidió salir a buscar a Beliat.

Él había sido injusto con Beliat, había sido injusto con Jeanne. Jeanne sacrificó todo por él, incluso su vida como humano para que él siguiera con vida.

Luego de que Chris pensó en ello, se marchó a toda prisa hacia el inmenso Laurelin. Chris encontró allí a Beliat acostada en el pasto. Se podía notar en sus ojos la tristeza.

-¿Qué fue lo que hice?- se preguntó Chris. - Yo le prometí amarla de cualquier forma, de cualquier manera. Le prometí amarla sin importar sus decisiones.

Chris luego de pensar en ello corrió a toda prisa y le dió un fuerte abrazo a Beliat. Le pidió perdón y le hizo una promesa inquebrantable a la única parte que quedaba de Jeanne.

La cuidaría hasta el final de los tiempos.

FIN


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